Estamos en invierno y que llueva es lo más normal. Es muy necesario para regar nuestros campos, limpiar la atmósfera y para que se llenen los embalses y pantanos que nos abastecen todo el año.
Con el paso de los años, las viviendas se van deteriorando y cuando llegan las lluvias persistentes, pueden provocar filtraciones, goteras y otras molestias.
Para prevenirlas lo ideal es, al menos una vez al año, revisar muros, suelos, fachadas y cubiertas, para garantizar el correcto aislamiento de la vivienda.
Otras medidas recomendables para proteger nuestra vivienda de las lluvias son:
- Revisar y mantener limpios los canalones y las bajantes, para favorecer la correcta salida de la lluvia.
- Revisar alrededor de la casa y localizar zonas donde se pueda producir encharcamientos que, a la larga, terminen provocando humedades.
- En el caso de las ventanas, lo ideal sería contar con doble acristalamiento y rotura de puente térmico, que nos aíslan eficientemente. Si no es nuestro caso, localizar huecos por donde entre frío, polvo y también agua, para taparlos con tiras de silicona, cinta aislante, burletes autoadhesivos y otros productos similares que podemos encontrar en nuestra ferretería de confianza.
- En los patios, mantener despejados los sumideros para facilitar la evacuación del agua.
- Ventilar 10 minutos al día, aprovechando cuando deje de llover. Así favorecemos la renovación de aire y la disminución de la humedad que producimos en la vivienda al cocinar, ducharnos…








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